La competencia comunicacional asociada a la creatividad es aquella por la cual es posible
ejercer la superación de la fijación funcional establecida para un producto, servicio, política o, proceso.
Al pensamiento creativo se lo vincula con la asociación o combinación original y e imaginativa de imágenes, ideas y conceptos. La originalidad no implica grado "o" para la creatividad, antes bien está en los procesos de recombinación que mediante una práctica permanente puedan alcanzarse.
Para ello es necesario integrar a un tiempo análisis y síntesis, como métodos que se complementan entre sí. Así, cada síntesis se basa en los resultados de un análisis precedente, y cada análisis requiere una síntesis posterior para verificar y corregir sus resultados.
También las modalidades de pensamiento divergente (la capacidad de ofrecer ideas diferentes, únicas o variantes adherentes a un tema) y pensamiento convergente
(Capacidad de encontrar la solución "correcta" al problema dado) se relacionan aquí como opuestos complementarios.
Finalmente conviene combinar también las modalidades de pensamiento abductivo y
deductivo. Sherlock Holmes y Dr. House tienen muchas cosas en común, entre ellas el uso del pensamiento abductivo: modalidad de pensamiento basada en conjeturas espontáneas y sintéticas que va de la conclusión hacia las premisas en el que con la velocidad de un rayo a partir de la relación entre diversos indicios se afirma una conjetura como conclusión y luego se exponen las premisas que la sustentan.
Por otra parte la investigación tradicional procede de modo deductivo: modalidad de pensamiento donde la conclusión se infiere necesariamente de un conjunto de premisas dadas. La forma clásica de la deducción es el silogismo en el que además se observa fácilmente la relación y diferencia entre las premisas y la conclusión.
Estos tres pares de conceptos en general contrapuestos se relacionan todo el tiempo en nuestro pensamiento , que más allá de ser solo crítico, racional y analítico, es muchas veces creativo en su recombinación divergente, sintética, abductiva y originante, cuando llevamos nuestras obras al mundo.
En esos procesos muchas veces se confunden creatividad e improvisación. Si bien puede afirmarse en un primer momento que frente a una situación crítica, nueva o inesperada, para resolver el dilema que la realidad nos plantea se improvisa, luego se adapta y finamente se supera la contingencia presentada, desarrollar nuestra competencia comunicacional en la creatividad, va más allá de lo provisorio, las salidas del paso del "ingenio popular" y el "temporario para siempre".
Se trata antes bien de un entrenamiento iterativo continuo y colaborativo para no anquilosarnos en rémoras culturales ni en la parodia del artista en la que muchas veces se petrifican las capacidades creativas, individuales, organizacionales y comunitarias.
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