Como antecedentes de esta relación podemos mencionar a los cursos de lingüística general dictados por Ferdinand de Saussure son considerados los fundadores de los
métodos de este enfoque. Según Saussure, la lengua es una “institución social”, mientras que la palabra es un acto individual.
Roland Barthes define a la semiología como aquella disciplina que tiene como objeto todo sistema de signos, cualquiera que sea su sustancia, cualesquiera que sean sus límites: las imágenes, los gestos, los sonidos melódicos, los objetos y los complejos de estas sustancias que se encuentran en ritos, protocolos o espectáculos constituyen, sí no lenguajes, sí al
menos sistemas de significación.
Entre las características de este enfoque vale la pena mencionar que el Estructuralismo extiende las hipótesis de una Escuela Lingüística a otras disciplinas de las ciencias humanas. La definición de Jean Piaget de Estructura comprende la función del estructuralismo respecto a su relación con la ciencia y el conocimiento:
En una primera aproximación, una estructura es un sistema de transformaciones que, como tal, está compuesto de leyes (por oposición a las propiedades de sus elementos), y que se conserva o enriquece por el juego mismo de sus transformaciones, sin que éstas terminen fuera de sus fronteras o recurran a elementos exógenos. En resumen, una estructura comprende tres características: totalidad, transformaciones y autorregulación (Piaget, 1980, p. 6).
Una de las importantes tendencias del Estructuralismo es la relectura de los textos fundadores del marxismo y el marxismo sartreano emprendiendo una crítica teórica de la noción de alienación argumentando que ésta es una cuestión de conciencia y no de relaciones sociales. De las relecturas de Marx y su obra se descubrieron los conceptos fundadores de una verdadera ciencia de las formaciones sociales (estructura, superestructura, relaciones de producción, supradeterminación). Siguiendo este enfoque se iniciaron dos escuelas:
CECMAS (Centro de Estudios de las Comunicaciones de Masas): Esta escuela se crea en Francia en 1960 por iniciativa del sociólogo Georges Friedmann. Su programa es el análisis de las “relaciones entre la sociedad global y las comunicaciones de masas que se le integran funcionalmente”. En torno a Friedmann se reúnen Edgar Morin y Roland Barthes.
Cada uno de ellos representa un campo y unas orientaciones propios. Barthes será el único que se situé por completo en la dependencia del Estructuralismo. Anima a un grupo de de investigaciones sobre el estatus simbólico de los fenómenos culturales y continúa su proyecto de desarrollar "una verdadera ciencia de la cultura que sea de inspiración semiológica" (CECMAS, 1966)". Los estudios de Friedmann sobre el trabajo y la técnica lo conducen a dedicarse a los problemas de la civilización técnica, a sus "fenómenos de masas": producción y consumo de masas; audiencia de masa, aparición del tiempo del no-trabajo; generalización del ocio. En cuanto Morín [...], introduce en las referencias francesas el concepto de industria cultural (Mattelart, A. y M., 1997, p. 61-63).
El CECMAS está interesado en el acontecimiento como revelador sociológico. En torno a este centro gravitan personalidades tan diversas como Julia Kristeva, Christian Metz,
Abraham Moles, Violette Morin, André Glucksmann, Pierre Fresnault – Deruelle, Jules Gritti, Eliseo Verón y A. J. Greimas. A su muerte, en 1980, el CECMAS ha cambiado de nombre dos veces: en 1974 se convierte en Centro de Estudios Transdiciplinarios, Sociología, Antropología, Semiología (CETSAS); en 1979, lo rebautizan como CETSAP, desapareciendo la semiología en beneficio de la política. Desde comienzos de los años setenta, las investigaciones de Edgar Morin se orientan cada vez más hacia la Cibernética, la Teoría de los Sistemas y las Ciencias de la Cognición. A lo largo de todos estos años, dos equipos de investigación se inscriben en una línea de continuidad en relación con el proyecto inicial: el grupo dirigido por Georges Friedmann y, en su campo propio del análisis de la Teoría del Filme, en el que tendrá un esplendor internacional, el de Christian Metz.
En la misma época se crea en Milán un centro comparable, el Instituto Gemelli, fundación independiente de la Universidad, como reacción también a la supremacía de la sociología norteamericana de los medios de comunicación.Los italianos se dedicarán de manera más constante que los semiólogos franceses a investigaciones sistemáticas de los fenómenos de la comunicación y de la cultura de masas. Como testimonio tenemos los trabajos de
Umberto Eco, Paolo Fabri, Gianfranco Bettetini y, más recientemente, de Francesco Casetti.
Referencias:
Piaget, J. (1999). El Estructuralismo. México: Publicaciones Cruz S.A.
Mattelart, A. y M. (1997). Historia de las teorías de comunicación. Buenos Aires: Paidós.
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